miércoles, 19 de enero de 2011
Calatañazor en donde Almanzor perdió su tambor
En un lugar, territorio fronterizo de la provincia de Jaén entre Sierra Mágina y Alta Coloma de Granada, en la época de mayor esplendor musulmán tenía su residencia un moro llamado Gallarín, que era dueño y amo de un extenso territorio en la comarca. Junto a su palacio y en lo alto de un cerro había mandado construir un torreón desde donde divisaba su amplio territorio. Gallarín era muy amigo del Rey Almanzor, y con frecuencia recibía sus visitas en Sierra Mágina. En una de ellas, Almanzor, antes de irse a su última batalla, le propuso esconder en algún lugar secreto y de su propiedad todos los tesoros que había acumulado a lo largo de sus racias por España. Con la ayuda de los más fieles soldados de Gallarín excavaron una sala subterránea con cámaras secretas donde Almanzor fue colocando todas sus riquezas. Entre ellas destacaban: los nueve caballos cargados de oro y el collar de la reina de Nápoles. También introdujo armamento, espadas y monturas. Una vez terminado el trabajo, y después de camuflar la entrada de la caverna, Almanzor sospechó de su amigo y maquinó una traición que acabó con la muerte de Gallarín y de todos sus sirvientes. Derribó su palacio y la torre Ángaro que había construido en el monte. Al poco tiempo, Almanzor fue derrotado en Calatañazor (perdió su tambor) y abandonó ese lugar hasta llegar a la ciudad de Medinaceli, donde murió, quedando su tesoro escondido.
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